Desde que comenzó la pandemia del COVID-19 es increíble la cantidad de noticias al respecto que llenan los encabezados de periódicos, de páginas web y sobre todo de redes sociales.
Lamentablemente también han aparecido numerosos
Fake News, noticias falsas, cuyo objetivo es engañar y desinformar, pudiendo llevarnos a cometer grandes errores si creemos en ellas ciegamente.
Hace unos días, viendo las noticias, comentaron sobre la llegada de delfines a los canales de Venecia. Me llamó tanto la atención, que me puse a indagar en internet. Encontré que el vídeo mostrado en televisión había sido publicado por un cierto usuario de Twitter. No habían fotografías ni más vídeos ni algún reportaje al respecto, nada que corroborara la noticia.
Lo que sí encontré fue una página de National Geographic donde desmentían la noticia: Los delfines fueron filmados en un puerto de Cerdeña, en pleno mar Mediterráneo, a cientos de kilómetros de Venecia. (
ver página de National Geographic)
¿A quién creerle, a un usuario desconocido en Twitter o a la página oficial de National Geographic?
Esta noticia seguramente no tuvo consecuencias nefastas, pero y ¿qué hay de aquellas que aconsejan medicamentos caseros para prevenir el contagio, y que pueden afectar la salud de las personas, o mezclas para crear desinfectantes que pueden ser incluso peligrosas?
Me he encontrado varias veces con publicaciones en sitios oficiales de algunas organizaciones gubernamentales y hasta mundiales, advirtiendo sobre estos
Fake News que usan incluso sus nombres y logos.
Todo esto me hizo pensar en lo importante que es no creer todo lo que se nos dice y buscar siempre la verdad en fuentes serias y fidedignas.
Y me doy cuenta de lo importante que es aplicarlo también en nuestra vida espiritual.
¿Cuántos falsos profetas han proclamado doctrinas equivocadas que han desviado a miles y millones de personas del verdadero camino? ¿Cuántas sectas que han engañado a sus seguidores con promesas de hombres? ¿Cuántas iglesias se han fundado sobre interpretaciones antojadizas de la Palabra de Dios y han alejado a sus feligreses de la verdad?
Pero ¿qué podrían tener en común los seguidores de estos profetas, sectas e iglesias? Que han creído en lo que se les enseña sin preocuparse de si es verdad o mentira, sin corroborar en la fuente oficial que no es otra más que las Sagradas Escrituras.
Pablo predicó la palabra en Tesalónica, donde algunos creyeron. Pero un grupo de judíos, que no aceptaron la verdad, decidieron levantarse contra los seguidores de Pablo. Por esto, el apóstol y Silas fueron llevados a Berea donde Pablo siguió hablando en la sinagoga. Dice la palabra:
"Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica,
pues recibieron la palabra con toda solicitud,
escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así
Hechos 17:11
En este versículo podemos leer que aquellos que escuchaban a Pablo acudían a las Escrituras para confirmar su veracidad. Al comprobar que todo era cierto, aceptaban la palabra con interés.
No podemos creerle más a los hombres que a Dios, así como no debiéramos creerle más a un usuario desconocido que a lo que dice una cuenta oficial.
Nunca olvidemos que todos los hombres somos pecadores:
"Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios."
Romanos 3:23
"Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda,
No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles;
No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno."
Romanos 3:10-12
Los hombres cometemos errores, nos equivocamos aun sin mala intención. Pero Dios nunca se equivoca y El quiere lo mejor para nosotros.
Para no caer en falsas doctrinas, para no desviar nuestro camino, para no dejarnos llevar por enseñanzas equivocadas, debemos conocer la verdad. Y la verdad está en la Palabra de Dios. No dejemos de leerla, de estudiarla, de escudriñarla.
¡Que los Fakes News no te engañen!
P. Sch.
